Nacido el 12 de julio de 1904 en el pueblecito de Parral, Chile vivió con su padre y su madrastra en Temuco, Sus inicios estuvieron muy vinculados al paisaje del sur de Chile, que sucedieron “entre la poesía y la lluvia” las primeras publicaciones como Crepusculario (1923), la llegada a Santiago de Chile, donde inicia una vida bohemia dedicada al arte y la aparición de su primer gran amor: Albertina Rosa Azócar ya de manifiesto a raíz de su estancia diplomática en el sureste asiático, que el poeta calificó de “temporada en el infierno”. Allí se había casado con Maruca, María Antonieta Haagenar de origen holandés, con la que regresaría a Chile en 1932 y después viajarían a España donde nació su única hija, Malva Marina, que moriría a los ocho años de edad. Fue nombrado cónsul de Chile durante la Segunda República española, primero en Barcelona y después en Madrid (1934-1936). La vivencia de España -donde conocerá a Delia del Carril, su segunda mujer, En 1938 regresa a Chile donde presencia tres ediciones sucesivas de España en el corazón, asiste a la muerte de su padre y su “mamadre” y comienza la escritura de su gigantesco Canto general de Chile que verá la luz en México (1950), en dos ediciones ilustradas por los pintores Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.
Y fue en ese año, cuando reencontró a Matilde Urrutia, su tercera mujer; la había conocido en 1946 y a ella se unirá definitivamente en 1955. Ella será la excepcional musa de sus apasionados Cien sonetos de amor (1959).
En los últimos años de su vida, a su actividad creadora se suma la actividad pública: en 1969 es candidato a Presidente de Chile, retirándose posteriormente en favor de Salvador Allende. Entre 1970 y 1972 fue embajador de Chile en Francia, a principios de 1973 renuncia a su cargo; pocos meses después -el 23 de septiembre- el poeta fallecía, habiendo vivido los dolorosos sucesos del golpe de Estado militar del 11 de septiembre, que había acabado con la vida de Salvador Allende y que usurpó el gobierno soberano hasta 1990.
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